domingo, 24 de marzo de 2013

BUENOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA

VALENCIA CF C 0 MONCADA 4

Valencia CF. Esther, Andrea, Ana (cap), Nuria, Rebeca, Noelia, Elenita, Martina, Nerea, Imma, Tània, Lara, Karla y Gabi.

Ent. Naiara y Carmen

Por fin se terminó la liga, ya era hora, una liga que jamás debíamos haber jugado en las condiciones en las que se ha jugado y que la federaçao nos obsequió con toda su gracia. Ahora viene la Copa y esta vez, el Oráculo de Delphos ha hablado a nuestro favor y nos ha tocado un grupo normal. Tampoco se ha tenido que comer mucho la bola, los emparejamientos son los más lógicos sobre la base de los resultados de la liga esa cutre que se sacaron de la manga.

Pero aún quedaba un partido, absolutamente intrascendente que, no obstante, ha tenido un sólo protagonista que sí trasciende las furibundos y procelosos mares furboleros : un muchacho soñoliento.

 Decía una poesía de Jaime Gil de Biedma:

Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos (...) y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento 
-seguro de gustar- es un resto penoso,
un intento patético.

A lo cual yo añado

Ohhhh árbitro soñoliento de noches pasadas a la luz de las estrellas,
cuya ensoñación perdura cuando se ha de decidir si pitar o no pitar penalti
al momento en que una niña es catapultada al pasto por una zancadilla.
Ohhhh (póngase la mano en el pecho) arbitrillo indolente,
 qué lejos quedan las vociferantes almas nocturnas,
 cuando pitar o no pitar otro penalti previo empujón alevoso.
Qué dura es la vida diurna, cuando la nocturna ha sido tan larga.

Este árbitro ha hecho renacer en mí la ilusión poética, cómo explicar si no, queridos amigos, esa actitud en el campo, ahí en medio, mirando la vida cómo se desarrolla, cómo evoluciona y moviéndose menos que el fotógrafo del BOE. Con ese gesto que igual sirve para pitar un partido o para asistir a una sesión de ayurveda tántrico. Esa excelsa actuación, sólo se puede explicar mediante la lírica, no hay prosa que pueda expresar esas formas, esos andares, ese pito (dicho sea sin segundas intenciones).

Por todo ello, aparte de la poesía, le dedicamos esta foto al revés y le damos las gracias.

Muy mal, no sólo porque dejó de pitar dos penaltis absolutamente claros uno a Martina que hubiera supuesto el 2-1 y otro a Tània (atención, para los del Moncada que dijeron que el penalti a Martina era carga legal, la carga sólo es legal en caso de balón dividido, jamás cuando el jugador cargado tiene controlado el balón, si no fuera así, el fútbol sería una especie de rugby plagado de empujones a los jugadores que llevan el balón, además, encima, eso no fue una carga con el hombro, fue un empujón de libro). Además de esto, el árbitro decidió pitar desde el centro del campo y tender a una visión del fútbol muy british, intentando pitar la menor cantidad de faltas posible, que a mi me parece genial, siempre y cuando los equipos estén en igualdad de tamaño, que es lo que suele ocurrir siempre, excepto en las competiciones organizadas por nuestra bienamada federaçao. Pero claro, si uno de los dos equipos, tiene un 30% más peso y envergadura que otro, este tipo de arbitraje es literalmente una estafa. El árbitro ante tamaña desigualdad, no puede pitar al "sigan jugando" ha de pitar faltas. Ya sé que eso no está en el reglamento, pero las faltas sí lo están y hay que tener suficiente inteligencia, para adaptar el tipo de arbitraje a las circunstancias del partido . Además, tampoco está en el reglamento pitar durmiendo.

En la primera parte, el Valencia jugó muy bien, muy concentrado atrás y haciendo un fútbol de pase corto y rápido. El problema es que apenas tiramos a puerta. Nos acercábamos, pero no chutábamos a puerta en condiciones. Por el contrario, el Moncada se acercó a la portería local, una sola vez, pero con mucho más peligro.

En la segunda parte, el Moncada salió a por el partido y se jartaron a hacer faltas que no fueron pitadas de forma conveniente, provocando ventajas y desestabilizando a la defensa. Hubo una jugadora, que no voy a decir ni el número, que por este orden y en una misma jugada, empujó, pisó y volvió a empujar a tres jugadoras valencianistas sin que el muchacho soñoliento pitara. Era realmente desesperante. Es más, esta jugadora, que haría aproximadamente unas 12 faltas, se fue del partido sin que le pitarán ninguna.

Dos goles del Moncada vinieron por dos saques de esquina, rematados por una jugadora realmente grande, otro por un despiste defensivo y otro en propia meta. Nunca con tan poco, se consiguió una victoria tan contundente. En resumen, todos salimos con dos impresiones:

a) Independientemente de la actuación arbitral, las supernenas deben tirar más a puerta, chutar e ir a los rechaces y por otro lado, la defensa debe concentrarse más en los balones parados.

b) Con otro árbitro el resultado hubiera sido diferente, probablemente hubiéramos perdido igual, pero el resultado hubiera sido más justo.

Ahora a por la COPA.































No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.